Un lomito saltado
atrae el más exigente paladar,
y desde el remoto pasado
es un plato muy especial.
Un lomito saltado
tiene la magia sabrosa,
de mantener al hambre callado
y despertar mi alma jocosa.
Un lomito saltado
conduce a la gloria,
a quien nunca ha cocinado
y hoy empieza a hacer historia.
Un lomito saltado
nos anima en este día frío,
para quedar bien abrigado
y no temerle al olvido.