China
aprovechó desde el primer día de la cumbre de la APEC, el Foro de Cooperación
Económica Asia-Pacífico, en Pekín para hacer una demostración de poderío y
reafirmar su papel de líder mundial. Abrió la jornada con el cierre de un
acuerdo de libre comercio con Corea del Sur y la continuó con la primera
reunión entre su presidente, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Shinzo
Abe, en un primer paso para normalizar unas relaciones congeladas durante dos
años. Y cerró la jornada suavizando tensiones con Vietnam y el propio Estados
Unidos, cuyo presidente, Barack Obama, adoptó este lunes un tono muy
conciliador.
Pekín se ha planteado la cumbre como una exhibición de
su pujanza. Desde la construcción de un lago y toda un gigantesco
complejo hotelero para acoger durante unas pocas horas a los líderes de 21
economías que agrupan a más de la mitad del comercio mundial, hasta una
ceremonia de bienvenida a los líderes propia de las superproducciones de
Hollywood -con alfombras rojas luminosas y fuegos artificiales- en el Cubo de
Agua, en la sede de unos Juegos Olímpicos que considera uno de sus principales
éxitos diplomáticos.
Un
broche de oro para una jornada en la que China cerró varios de los frentes
diplomáticos que tenía abiertos. El más espectacular, el apretón de manos y la
reunión con Abe, la primera entre líderes de China y Japón en tres años.
La coreografía del encuentro fue cuidadosamente calculada para dejar claro que
ambos países están aún muy lejos de resolver sus diferencias: al contrario de
lo que marca el protocolo chino, fue el primer ministro japonés el que esperó a
Xi en el Gran Palacio del Pueblo, y no al revés, y el presidente chino no
respondió inicialmente al saludo de su invitado. El apretón de manos fue
silencioso y sin sonrisas. Poco importa. El mero hecho de la reunión ya
representa un avance y la voluntad de ambos países de reparar unos lazos
congelados durante dos años, a raíz de su disputa por la soberanía de las islas
conocidas como Diaoyu en mandarín o Senkaku en japonés y cuestiones históricas.
Abe
declaró a la prensa que la reunión “representa un primer paso para mejorar las relaciones bilaterales
y regresar a la base de una relación mutuamente beneficiosa basada en intereses
estratégicos comunes”. Por su parte, Xi instó a Abe a “mantenerse en el camino
del desarrollo pacífico, seguir una política prudente de Defensa y Seguridad,
emprender esfuerzos para aumentar la confianza mutua con los países vecinos y
desempeñar un papel constructivo para salvaguardar la paz y la estabilidad
regionales”.
Al
tiempo que parcheaba la relación con Japón, China también cerraba un acuerdo de
libre comercio con Corea del Sur, con la que mantiene una excelente sintonía
desde la llegada de Park Geun-hye al poder. El pacto, que se negociaba desde
hace dos años y ahora debe de ser aprobado por los Legislativos de los dos
países, mantiene las barreras para el arroz y los automóviles pero, entre otras
cosas, elimina las tarifas chinas para los textiles y la electrónica coreanos.
Ambos países mantienen un intercambio comercial en torno a los 228.290 millones
de dólares, favorable a Corea del Sur en más de 60.000
millones de dólares.
El
comercio juega un papel principal en esta cumbre de la APEC. China presiona en
favor de una Zona de Libre Comercio para Asia Pacífico que incluya a toda la
región, origen de más de la mitad del PIB mundial. Pero Estados Unidos defiende
la Alianza Transpacífica (TPP), compuesta
por doce países de la APEC y que excluye a China.
Obama
se reunió el lunes 10 de Noviembre de 2014 en la embajada estadounidense en
Pekín con los países participantes en esta alianza. Allí aseguró que percibe
“un impulso” para el TPP. Aunque las negociaciones se encuentran estancadas por
la resistencia de Japón a abrir su sector agrícola, entre
otros puntos, el presidente aseguró que “en las últimas semanas se han logrado
buenos progresos”.
Pero,
aunque promueve una visión sobre la integración comercial regional diferente a
la China, Obama se mostró conciliador con Pekín. Debilitado en casa tras el revés
electoral en las elecciones legislativas, optó por la suavidad para
reparar unos lazos tensos debido a la mayor asertividad de China en la región,
disputas en áreas como la ciberseguridad o los derechos humanos y una enorme
desconfianza mutua.
En
un discurso ante la cumbre empresarial de la APEC Obama quiso tender puentes
hacia China. Aunque la instó a renunciar al “robo cibernético” con fines comerciales o
a permitir la libre competencia de empresas extranjeras, también anunció una nueva
política más flexible de visados hacia este país, un gesto que generará una
importante dosis de buena voluntad en Pekín. El presidente estadounidense se
mostró también muy moderado en una declaración sobre Hong Kong, donde afirmó
que lo importante es “evitar la violencia”.
Continuando
los esfuerzos para mostrar su mejor cara durante la cumbre, Xi se reunió
también este lunes con el presidente Truong Tan Sang de Vietnam, otro país con
el que Pekín ha mantenido fuertes roces este año debido a sus disputas territoriales en el mar del Sur de China.
Según Xinhua, la agencia estatal china, ambos acordaron resolver sus
diferencias mediante el diálogo. “Las relaciones bilaterales han avanzado
continuamente desde que los dos países establecimos relaciones diplomáticas,
pese a algunos altibajos”, declaró Xi. Por su parte, Truong aseguró que su país
“está dispuesto a abordar las cuestiones marítimas mediante consultas amistosas
para que esos asuntos no afecten las relaciones con China”.
Fuente: http://internacional.elpais.com/internacional/2014/11/10/actualidad/1415630783_239453.html