05 enero 2016

Prisionero de la red social

Conozco un prisionero de la red social
que vive encerrado en una burbuja virtual,
y no conoce de amigos que toquen su mano
sólo mensajes que recibe con humor profano.

Conozco un prisionero de la red social
que añora la mayor cantidad de “me gusta”,
a una foto que ha subido de manera especial
y al no recibir respuesta tan sólo se disgusta.

Conozco a un prisionero de la red social
que busca wifi gratuito en centro comercial,
o atesora sus megas como si su propio destino
dependiera de conectarse sin importar el camino.

Conozco un prisionero de la red social
que no despeja los ojos de su nuevo celular,
y hasta su propia mano pareciera un accesorio
del smarphone que lo domina como su escritorio.

Conozco un prisionero de la red social
que ha perdido el gusto de una charla amical,
sentado en una banca del parque o cafetería
percibiendo de manera directa cada alegría.

Conozco un prisionero de la red social
cuya mente brillante se pudiera apagar,
porque vive preso entre videos, memes y mensajes
y busco la forma de liberarlo de tan estériles viajes.


Días de Playa

Sin previo aviso el verano pronto se avecina
y me provoca buscar un refugio en la playa,
donde me desconecte de la enorme rutina
y solo me preocupe por tener mi propia toalla.

Caminar descalzo por la playa del sur
silbando una canción que alegre mi paso,
sin temor a tener que cargar alguna cruz
ni a esa ola que recuerda el miedo al fracaso.

Sentarme en la arena a construir otro castillo
que evoque la época de los reyes y grandes lores,
volver a sentirme otra vez cual si fuera un niño
que produce tantas fantasías como canciones.

Jugar con cada golpe de las olas que llegan del mar
como desafiando a la naturaleza sin ningún temor,
buscando el mayor relajo cuando pretendo sólo nadar
olvidando agendas, rutinas y horarios en medio del calor.

Leer sin horario definido una novela de ciencia ficción
mientras bebo con emoción alguna cerveza bien helada,
percibir en pleno silencio el palpitar de mi propio corazón

cuando prendo la radio buscando una romántica balada.

Un día cualquiera

Un día cualquiera quisiera amanecer junto a esa laguna
disfrutando de la selva amazónica en todo su esplendor,
y sin que se asome el temor a perder esperanza alguna
de volver a navegar respirando aire más puro bajo el sol.

Un día cualquiera recorreré el camino que conserva mi huella
con la ilusión de poder detener el tiempo con un solo suspiro,
buscando en la inmensidad del cielo alguna brillante estrella
que me conduzca hacia la senda directa del verdadero olvido.

Un día cualquiera dejaré de tararear esa melódica canción
que descubrí al bajar del avión en Tarapoto sin presagiarlo,
porque en los momentos más tristes casi perdí la razón
al revivir una anécdota que jamás me atrevo a contarlo.

Un día cualquiera mis manos aprenderán a decir adiós
a las penas, recuerdos y angustias de aquel pasado verano,
para escribir a modo de poesía una muy festiva canción
que hable del futuro o el mayor apoyo a mi propio hermano.

Un día cualquiera dejaré de escribir versos como pasatiempo
para dedicarme a viajar muy ilusionado por cada continente,
y estoy seguro que por fin será muy memorable ese momento
dedicado a cruzar otro camino, túnel, mar, aire y puente.

Un día cualquiera nadaré sonriente por aquella laguna azul
con la esperanza firmemente puesta en aquel futuro inmediato,
donde abunde el mayor crecimiento y desarrollo para mi Perú,

y donde no exista porqué enojarse cuando algo nos sea ingrato. 

Jugando fulbito

Jugando fulbito
Resalta el color verde esperanza
De quien corre tras una pelota
Con la fuerza que nadie alcanza.

Jugando fulbito
Se pasan las mejores horas bajo el sol
Porque toda pena y estrés nos rebota
Al patear con esmero cada nuevo balón.

Jugando fulbito
Vencemos los días de pesada rutina
Con la alegría de hacer un bonito gol
Que evoque la algarabía repentina.

Jugando fulbito
He aprendido que el mejor equipo
No es quien convierte el primer gol
Sino el que jamás se da por vencido.

Jugando fulbito
Siento que no han pasado los años
Y exijo mayores latidos a mi corazón
Para atajar los balones más extraños.

Jugando fulbito
Recuerdo que soy arquero desde pequeño
O quizás desde que tengo uso de razón
Por eso vuelvo al arco con mayor empeño.

Año Nuevo

Comienza el nuevo año
Y es tiempo de trazar metas más ambiciosas
Que nos conduzcan hacia puertas exitosas.

Comienza el nuevo año
Y hacemos un balance de todo lo caminado
Con la honestidad de reconocer lo tropezado.

Comienza el nuevo año
Y crece el optimismo por diseñar proyectos grandes
Que superen lo que se pudo haber conseguido antes.

Comienza el nuevo año
Y como si se tratara de aprender de nuevo a volar
Nos ilusiona saber que llegará otra oportunidad.

Comienza el nuevo año
Y veo que mis hijos han crecido no sólo físicamente
Dado que cultivaron con acierto el cuerpo y la mente.

Comienza el nuevo año
Y me reconcilio con el deporte que me apasiona tanto
Para recuperarme de la lesión y poder volver al arco.

Comienza el nuevo año
Y creo en la palabra de quien hace una gran promesa
Antes de sentarse a almorzar o cenar en la misma mesa.

Comienza el nuevo año
Y seguro que será muchísimo mejor que los anteriores

Porque hemos vencido el conformismo y tantos temores.