03 noviembre 2015

Lesión Futbolera

Una lesión futbolera
me quiere alejar de las canchas de fulbito temprano
como si se tratara de algún deporte para mi profano.

Una lesión futbolera
que apareció de manera repentina una tarde de mayo
no me permite retornar a las canchas sin otro desmayo.

Una lesión futbolera
me quiere alejar de los tres maderos donde soy arquero,
o donde disfruto jugar buscando ser en todo el primero.

Una lesión futbolera
me recuerda que he recorrido varios calendarios completos
quienes me pasan la factura en estos dolorosos momentos.

Una lesión futbolera
me recuerda que debo proteger mis extremidades inferiores
para evitar que se generen o repitan consecuencias mayores.

Una lesión futbolera
ha despertado mi fe inquebrantable en la recuperación
y hago de todo para volver a ser aquel arquero sensación.

Una lesión futbolera
Pretende ponerme un poco triste y en una gran encrucijada
Pero me motivan mis recuerdos de los días en que yo jugaba.

Una lesión futbolera
forma parte de un capítulo importante de mi vida deportiva
y no puedo negar que sólo espero que acelere ya su partida.

Una lesión futbolera 
me permite utilizar por fin el botón de pausa activa
para refugiarme sin quererlo en esta poesía emotiva. 

Una lesión futbolera
intenta quizás que se adelante mi despedida de la canchas

pero olvida que tengo optimismo y voluntad a manos anchas.

Mi cumpleaños en familia

Hoy culmina este lindo mes morado
lleno de grandes muestras de afecto,
y queda la dicha de haber celebrado
mi cumpleaños en un día perfecto;
junto a la familia que vino de todo lado
a sorprenderme con abrazo perfecto.

Hoy que hubo música, comida, tragos y risas
en la cochera improvisada de mi modesta casita,
veo que mis primas han crecido en sonrisas
y esta vez nadie tuvo que pedirme o sacar cita,
porque al festejo de cumpleaños tu nunca avisas
pero esperas que recuerden darte una palmadita.

Hoy que mi esposa e hijos han confabulado
para organizarme una linda fiesta sorpresa,
contemplo con emoción el cielo más azulado
y por mejilla se desliza una lágrima gruesa,
al revisar los pasos que hasta ayer he dado
con grandes alegrías y una que otra tristeza.

Hoy que recibo más de un afectuoso abrazo
mi corazón late y late en su máxima expresión,
como quien se sube al tren bala sin atraso
pero marcado por la más ferviente emoción,
dando millones de gracias a Dios por si acaso
nos olvidemos de alguna vez pedirle perdón.

Hoy que los vecinos vieron a tanta gente reunida
alrededor de mi casa y coreando fuerte mi nombre,
quiero que sepan que provengo de familia unida
que trata con igual respeto a la mujer y al hombre,
que pueden hacer fiesta alrededor de la comida
o simplemente ayudarte cuando nada más asombre.

Javier Francisco

Tengo un hijo varón que lleva mi nombre
y casi de pronto se va haciendo hombre,
con la enorme fuerza de su propio talento
que lo hace ganador desde su nacimiento.

Admiro que siempre le guste competir
sin miedo a los rivales ni dejar de sonreír,
como aquel primer día en su clase de natación
que se lanzó a la piscina sin demostrar temor.

Valoro sus triunfos en cada medalla deportiva
que me trajo a casa feliz y en letra llamativa,
para festejar juntos cada una de sus victorias
animándome a escribir más versos e historias.

Javier Francisco me convertiste en padre orgulloso
desde que naciste aquel 17 de octubre maravilloso,
día que confieso haber festejado muy largamente
bebiendo y bailando como si fuera un demente.

Conforme pasan los años creces mental y físicamente
como aquel rey león que siempre trae buena suerte,
y estoy seguro que te convertirás en un jefe ideal
sin que menos lo pienses, sin siquiera presagiar.

Tengo un hijo varón que lleva mi nombre
cual mejor bendición que nadie asombre;
por eso me inclino ante el divino creador
para decirle mil gracias de todo corazón.

Cuando cierre mis ojos para siempre algún día
partiré con la dicha de haberte formado bien,
y cuando te animes a leer esta sencilla poesía

sabrás que te adoro más de lo que puedas creer.   

Extraño los caballos

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
por eso aprendí a quererlos y admirar su andar galante,
con los ojos de un simple aprendiz de jinete errante.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
por eso disfruto mucho el montar a tan imponente animal,
formando un binomio que cruza sonriente la orilla del mar.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
por eso detengo cualquiera de mis pasos cuando los veo pasar,
para medir con mis propios ojos la velocidad que puede ganar.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
por eso no me gusta verlos enfrentar las protestas populares,
como si hubieran sido creados para simples fines policiales.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
y mi memoria conserva recuerdos de aquellos días festivos,
en que mi caballo y yo éramos dos inseparables amigos.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
y aquella distancia desde Chafan Grande hasta Limoncarro,
las recorría mejor en caballo que subido en cualquier carro.

Recuerdo que desde niño siempre me gustaron los caballos
y quiero con estos sencillos versos confesar que los extraño,

al caer la tarde con su manto de oscuridad y gran tamaño.

Hubiera

Quien lo hubiera imaginado que un día menos pensado
los caminos de la vida me iban a devolver al sendero,
donde alguna vez estuve caminando muy desolado
y ahora cada nuevo paso enciende un mágico lucero.

Quien hubiera tenido el don de predecir el futuro
seguro me habría ahorrado una que otra tristeza,
porque hoy todo camino y puente es muy seguro
y no le temo a pisar el acelerador con destreza.

Quien me hubiera visto en mis tímidos días inciertos
quedaría en este momento totalmente sorprendido,
porque he logrado atravesar los grandes desiertos
hasta superar noches de peligro sin quedar herido.

Quien alguna vez se hubiera tropezado con el error
ya no tendría por qué volver por el mismo camino,
más bien debería poder superar cualquier temor
a caminar con los ojos cerrados a su propio destino.   

Quien al sólo escuchar una vieja canción de amor
de pronto sus ojos se llenan de lágrimas gruesas,
estoy seguro que hubiera preferido olvidar una flor
para no seguir cargando siempre su dolor a cuestas. 

14 septiembre 2015

Subido en el avión

Subido en el avión
Intento recordar los cientos de viajes anteriores
Y aquella vez en que era difícil alejar los temores;
leo las revistas con fotos de modelos multicolores
Y busco en mi bolsillo los papeles llenos de flores.

Subido en el avión
Libero la tensión que me trajo al aeropuerto de madrugada
Y reviso la agenda que debo cumplir al cruzar la quebrada;
Repaso la información que llevo con mirada apurada
Y agradezco a Dios por acompañarme en cada parada.

Subido en el avión
Presiento que será un gran día de mayores promesas
Y que al llegar a mi destino me esperan otras empresas;
También procuro alejar cualquier asomo de perezas
Programando mis actividades con mejores destrezas.

Subido en el avión
Contemplo por la ventanilla el movimiento de la gente
Que cumple una labor día al construir un nuevo puente;
Añoro aquellos días en que volaba contra la corriente
Y mis fantasías abundaban como distraído adolescente.

Subido en el avión
Saludo a toda la tripulación de la cabina con alegría
Contagiando mi optimismo a toda aquella compañía;
Y sé que éste no será mi último vuelo con mayor valía,
Toda vez que surgirá otro viaje mañana sin culpa mía.    

Tú me debes

Tú me debes
mucho más que el dinero prestado de buena fe,
me debes la confianza, de quien te supo querer.

Tú me debes
aunque lo ocultes o niegues a los cuatro vientos,
pese a que la deuda te persigue en tus pasatiempos.

Tú me debes
el monto de dinero prestado en tus días de amargura,
y me apena ver que pretendes olvidarlo con premura.

Tú me debes
toda la energía y el impulso que pensaste nunca tener, 
y mi aliento constante que evitaba que fueras a perder,

Tú me debes
aquella mano que te extendí para tu rescate seguro,
en aquel día que te tropezaste con tremendo muro.

Tú me debes
el decisivo apoyo que ninguna persona te había brindado,
hasta que llegaste a tocar mi puerta en tu día más desolado.

Tú me debes
y cuesta verte tan desagradecida en estos días grises,

sin siquiera reconocer que yo logré borrar tus ojos tristes.   

Quisiera ver el mañana

Quisiera conocer el futuro de mis hijos
ahora que están por alzar el gran vuelo,
quisiera descubrir más de mil  acertijos
para ayudarlos a vencer cualquier duelo.

Es difícil aceptar que mis hijos han crecido
sin apenas darme cuenta de su madurez
quizás por temor de verlos abandonar el nido
que los cobijó desde que brillaron al nacer.  

Mi vida está llena de mil recuerdos inmensos
cuando aprendieron a dar sus primeros pasos
o cuando nos abrigamos en días de fríos intensos
o cuando al llegar a casa solo bastaban sus abrazos.

Quien pudiera detener un poquito más el tiempo
cuando jugábamos juntos entre bromas y risas,
sin ver en la televisión tantas malas noticias,
ni preocuparnos por no tener mayor pasatiempo.

Quisiera tener aquel don de predecir el mañana
para advertirles que camino ellos deben tomar,
o simplemente hacer sonar la gran campana

cuando estén de pronto a punto de tropezar.


Ese mágico lugar

Yo estuve allí en ese mágico lugar
donde el tiempo no corre de prisa,
sentado en la orilla del azulado mar
y disfrutando aquel silbido de la brisa.

Fue como descubrir el otro lado de la luna
sin tener que volar hacia sitios tan lejanos,
porque al caer el sol desde su propia cuna
supe que no estaba en parajes más extraños.

Ahora que recuerdo los días que se fueron
tan veloz como un abrir y cerrar de los ojos,
intento algún día olvidar lo que me dijeron
aquellos trovadores al descubrir mis sonrojos.

Ese lugar se encuentra esperando mi regreso
con la misma convicción del primer día,
y aunque no haya forma de quedar impreso
lo recuerdo con inocultable melancolía.

Yo estuve allí en ese mágico lugar
navegando sin temor a la fuerza del mar,
yo estuve allí de manera inesperada
cuando nada hacía presagiar mi llegada.

11 junio 2015

CONVERSO CON VERSOS

Converso
más de una vez en el día
de cosas que nadie entendía,
en un mundo de ilusiones
y acariciadas pasiones.

Converso
hasta de madrugada
cuando nadie dice nada
a la espera de entender
que significa renacer.

Converso
en pleno estadio de fútbol repleto
donde el bullicio es más lento
a la espera de poder hacer el gol
que nos haga sentir campeón.

Converso
con versos traviesos e inquietos
para darle sonido auténtico a mi voz
volviendo a cada palabra un soneto
y a cada rima dándole un nuevo color.

Converso
con versos singulares y profanos
queriendo tocarte sin las manos
pero acariciando tu rítmico latido
para vencer al guerrero del olvido

MANEJANDO A CASITA

Manejando al caer la tarde
enciendo la radio buscando melodías
que me despierten mil nuevas alegrías.

Manejando al caer la tarde
retorno a mi cueva de reposo
donde siempre salgo victorioso.

Manejando al caer la tarde
vuelven a mí los fantasmas del tiempo
que me apuran a llegar con más aliento.

Manejando al caer la tarde
me conecto a mi ñatita bella
que ha crecido cual centella.

Manejando al caer la tarde
imagino a mi heredero triunfante
y reemplazándome en el volante.

Manejando al caer la tarde
Imagino a mi alma gemela en la cocina
preparando la más exquisita comida.

Manejando al caer la tarde
disfruto del  placer de volver a casa,
y escribo este verso nacido del timón
con la velocidad que nadie alcanza
pero lleno de inocultable emoción.

NOSTALGIAS DEL PASADO

Qué difícil es poder volver a caminar
por la senda que hace años dejaste de pisar
y pretender creer que el calendario es un invento
que puede ser disipado con simple un soplo del viento
o quizás imaginar que los días pasan en vano
por lo que siempre tendrás el rostro lozano.


Como pasan los días, meses, años y estaciones
al ritmo de nuevas y estridentes canciones,
mientras yo sigo escribiéndole a las cosas simples
que tiene la vida de un forastero en su propia tierra,
o del peregrino que un día de esos imposibles
decidió enlistarse de poeta en medio de la guerra.


Si un día de estos pudiera volver hacia atrás,
de seguro buscaría la mano franca de mi padre
o las reprimendas de mi madre sintiéndome culpable
por no haberla sabido con esmero escuchar;
o el tiempo libre para disfrutar la lectura de una poesía
que me estremezca en el silencio de su linda sinfonía
.

CONSTIPADO

Estoy resfriado
y me duele un lado
que está muy helado.

Estoy resfriado
sin saber porqué
y falta mucho más papel.

Estoy resfriado
por la fría temporada
que llega a mi ventana.

Estoy resfriado
y como en el pasado
me siento casi acabado.

Estoy resfriado
y la fiebre me consume
cual piedra de alumbre.

Estoy resfriado
con la nariz casi deshecha
por tanta y tanta corneta.

Estoy resfriado
y por algunos días grises
mis poemas serán tristes.

AVE INFANTIL

Cuando era niño
nunca lo olvido
quería ser ave,
volar por libres prados
y por todos lados
sin miedo a la tarde.


Cuando era niño
nunca lo olvido
quería ser ave,
batirme con el viento
con todo sentimiento
teniendo una madre.


Cuando era niño
nunca lo olvido
quería ser ave,
para conocer a Dios
y estar más cerca de su voz
al caer la tarde,
para convertir en melodía
cada loca fantasía
que llegaba antes de acostarme.

BUSCADA POESÍA

Para no quedarme aquí
sin decir palabras,
para no sentirme así
lejos de las miradas,
te busco mi poesía
mi dulce melodía.


Para no pecar de cruel
después de haber sido frío,
para no arrepentirme de ser
un tren sin ningún desvío,
te busco verso mío
faltándome tu latido.



Para no sentir tristezas
que ahoguen alguna sonrisa,
para huir de las perezas
como de la mala noticia,
te busco mi poesía
en esta tarde fría.

DOS SERES GENIALES

Mi padre y abuelo
son dos seres geniales,
caminan siempre unidos
por quebradas y nidos,
contagian la alegría
de compartir su día,
entregan tanto cariño
que te vuelven más niño.

Mi padre y abuelo
son dos seres monumentales,
porque tienen la simple manía
de contagiar su amplia alegría,
y te dan aquella  mano franca
cuando todo el mundo se aparta,
porque han sido finamente forjados
con el oro de nuestros antepasados.

Mi padre y abuelo
son dos seres geniales,
por ellos siento que respiro
alegre, soñador, querido;
formo parte de su historia
y parte de su mágica memoria,
por ellos camino confiado
de mi orgulloso pasado;
y por ellos insisto,

confío más en Cristo.

POETA DE PAPEL

No soy ni Duque ni Rey
sólo un poeta de papel.

A veces le escribo a Dios
y en otras al más puro amor.

A veces le escribo al mañana
que se presente a mi ventana.

A veces pido otra nueva ilusión
para escribirle con renovada pasión.

No soy parte de tu piel
tan sólo un poeta de papel.

A veces anhelo escribir
para vivir después de morir.

A veces juego con las palabras
mientras menos lo esperabas.

A veces me siento peregrino
cuando mi rima pierde sonido.

Y casi siempre te escribo

en un recodo del camino.