28 diciembre 2021

Vereda de año nuevo

Sentado en la vereda y sin conocer a nadie

fue como empezó alguna vez mi nuevo año,

y por más que me esfuerzo en olvidar detalles

compruebo en esta tarde que solo a mi me engaño.


Eran tiempos inciertos de cambios que no entendía

por lo que mi mejor refugio en esos años fue la poesía,

escribí en varios cuadernos a manuscrito como pasatiempo

sin mayor inspiración que la radio como acompañamiento.


Gracias a esos manuscritos que hoy reviso por curiosidad

compruebo que no he perdido la esencia de la humildad,

y quizás sea por eso que siento un nudo en la garganta

al comprobar que retorno a los versos con mano franca.


No puedo negar que este oficio de intentar hacer rimas

me han convertido en un simple aprendiz en formación,

que se entusiasma con el simple cambio de algunos climas

o esboza un suspiro hondo al escuchar una vieja canción.


He regresado a esa misma vereda de aquel año nuevo

y una lágrima gruesa recorre mi rostro esta vez de alegría,

porque a lo mejor hice realidad algunos sueños y compruebo

que he vivido bien, vivo muy agradecido, y vivo en armonía.


Como si fuera ayer

Como si fuera ayer todo se vuelve solitario,

frío y lleno de tristes recuerdos que pensé había olvidado,

pero es el destino quien traza las líneas firmes desde el pasado.


Como si fuera ayer me asalta la nostalgia casi a diario,

comprobando que soy humano lleno de errores y aciertos,

y quizás algún día veré más allá de mis ojos abiertos.


Como si fuera ayer hoy me levanté bajoneado,

con la respiración cargada de tristes melodías,

apagando con lentitud mis escasas fantasías.


Como si fuera ayer preferí la prudencia a mi lado,

aunque eso signifique perder la oportunidad de brillar

o simplemente borrar mi nombre del calendario y aceptar.