05 marzo 2014

El Tipo de Cambio y las Libertades Económicas


INTRODUCCIÓN
Leopoldo López, líder de la oposición venezolana encabezó el martes 18 de febrero un multitudinario  mitin para protestar contra el gobierno y entregarse a la policía, que lo buscaba para detenerlo por cargos de homicidio producidos durante los desmanes en las manifestaciones estudiantiles que en días anteriores dejaron tres muertos, varios heridos y cuantiosos destrozos en el centro de Caracas.
Sin duda alguna, la entrega de este líder del grupo Voluntad Popular marca el inicio de una etapa de dura lucha política en Venezuela, toda vez que los estudiantes asumieron el reto de salir a las calles a protestar por la inseguridad ciudadana, escasez de alimentos básicos, inflación y mercado ilegal de divisas que pone en total zozobra a la economía del mencionado país.
En las siguientes líneas, pretendemos explicar una de las razones por las cuales se genera la inestabilidad política y económica en la República Bolivariana de Venezuela, desde el punto de vista del tipo de cambio fijado por Decreto mediante un Sistema[1] creado por el gobierno para controlar los dólares que ingresan a dicho mercado por las exportaciones y salen mediante las importaciones.
TIPO DE CAMBIO FIJADO POR DECRETO
El tipo de cambio es el precio de una divisa. Es el número de unidades de una moneda que compra una unidad de otra moneda. El tipo de cambio especifica cuánto vale una moneda (divisa) en términos de otra. En una economía de corte liberal, el tipo de cambio lo fija el mercado de divisas y no el gobierno por Decreto.
Lo cual no ocurre en Venezuela que elevó en 3% el precio del dólar que vende a través de su sistema secundario de divisas, bordeando los 11.7 bolívares por billete verde. El Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad) forma parte de un complejo control de cambio en dicho país, donde se liquidan divisas a dos paridades cambiarias: a 6.3 bolívares por dólar para bienes esenciales como alimentos y a tasa Sicad para ítems como pasajes aéreos y remesas.
El Sicad vende dólares a través de subastas semanales con precios fijados por el Banco Central, es decir que la cotización del dólar no es resultado de las pujas como en toda subasta, sino que es impuesta por decreto del gobierno venezolano. Así tenemos como ejemplo que la tasa previa del Sicad estaba fijada en 11.3 bolívares.
Lo absurdo de este sistema es que vendió hace pocos días doscientos veinte millones de dólares para la importación de autopartes, productos químicos, equipos médicos y materias primas para elaboración de vidrio y cerámica. Originalmente, se esperaba que la subasta vendiera cifras cercanas a los cuatrocientos cuarenta millones de dólares, pero las autoridades del gobierno consideraron que la mitad de las empresas que intentaron entrar a la puja no cumplían con los criterios, por lo que no se pudo alcanzar dicha cifra.
La consecuencia de esta medida son los retrasos en la asignación de divisas, lo cual genera brotes de desabastecimiento que ofuscan a los venezolanos que han decidido valientemente salir a las calles a protestar, toda vez que dicha situación económica hace insostenible el bienestar de las familias.
La otra cara de la medalla respecto a los desaciertos del Sicad, es que al haber generado mayor escasez de divisas, continúa crecimiento un mercado ilegal de divisas donde según lo manifestado por la población en estos días de protesta, llegaría a superar el tipo de cambio hasta catorce (14) veces por encima del precio oficial.
Frente a esta cruda realidad, la reacción del gobierno de Maduro es anunciar que dentro de poco decretarían el nuevo "Sicad 2", que vendería dólares a un tercer tipo de cambio, que se espera sea mayor. Lo cual contradice el anuncio del gobierno venezolano respecto a que no devaluaría la moneda este año. Varios analistas económicos coinciden en señalar que el incremento de las asignaciones del Sicad en el fondo sólo genera una devaluación disfrazada del sobrevaluado bolívar.
ÍNDICE DE LIBERTADES ECONÓMICAS
La ausencia de coerción o restricción gubernamental sobre la producción, distribución o consumo de bienes y servicios, más allá de la medida necesaria para proteger y mantener la libertad ciudadana; es considerado como requisito obligatorio para generar mayor progreso y bienestar en los países emergentes.
Sobre el particular, The Heritage Foundation acaba de publicar “Puntos destacados del índice de libertad económica 2014”[2] precisando entre otros aspectos que los países con mayor nivel de libertad económica tienen un desempeño sustancialmente superior al resto en los siguientes indicadores:
·         Crecimiento económico
·         Ingreso per cápita
·         Sistema de salud
·         Educación
·         Protección del medio ambiente
·         Reducción de la pobreza
·         Bienestar en general.
Es oportuno recordar que las Dimensiones de la Libertad Económica son las siguientes:
1.    Libertad de empresas.
2.    Libertad de comercio.
3.    Libertad monetaria.
4.    Libertad frente al gobierno.
5.    Libertad fiscal.
6.    Derechos de propiedad.
7.    Libertad de inversión.
8.    Libertad financiera.
9.    Libertad frente a la corrupción.
10.  Libertad laboral.
En ese sentido, The Heritage Foundation señala de manera enfática que: La 20ª edición del Índice de Libertad Económica muestra que la libertad económica está una vez más en auge, alcanzado su máximo puntaje en los 20 años de historia del Índice. Detrás de este récord hay historias de progreso humano y logro de países y sus ciudadanos, literalmente miles de millones de personas en todo el mundo cuyas vidas han mejorado de manera mensurable. Como previas ediciones del Índice han documentado, es evidente y sólido el vínculo entre libertad económica y desarrollo a largo plazo. Los resultados del Índice, cuando se comparan con los datos que miden la situación económica y social de países en el mundo entero, ofrecen una firme evidencia del éxito del sistema de libre mercado en cuanto al fomento de la prosperidad y el desarrollo humano”
Revisando los puntajes publicados en el Índice de Libertad Económica 2013, encontramos a Venezuela en casi el último lugar (Puesto 174), mientras que el Perú se ocupa el puesto 44. Sin duda alguna, los desaciertos en materia económica del gobierno de Nicolás Maduro, sumado a una absoluta ausencia de todas las dimensiones que involucran a las libertades económicas, están conduciendo al caos social y político; cuyo desenlace final esperemos se produzca dentro del cauce de su propia Constitución Política.
A MANERA DE CONCLUSIÓN.
Queda claro que en los tiempos actuales no es posible fijar el tipo de cambio por Decreto, habida cuenta que genera más desabastecimiento, escasez de alimentos, inflación y mercado ilegal de divisas; conduciendo a la población a las protestas masivas para exigir democráticamente el predominio de las libertades económicas.
Cada vez resulta innegable que al “incrementar y mantener la libertad económica se generan ciclos positivos de crecimiento económico y prosperidad duradera. Las economías que han fomentado libertad económica han logrado niveles de crecimiento general más elevados que los logrados por países en los que las libertades económicas se han visto restringidas por la pesada mano del Estado. Ningún otro sistema que se haya probado se le ha acercado en el aspecto de proporcionar prosperidad de amplio espectro. Los países que no se han unido a la marcha de la libertad han hecho que sus ciudadanos se queden rezagados e incluso, en los peores casos, anclados en la pobreza o la indigencia”.[3]
Esta lección no es reciente, parece que América Latina aún no aprende de los errores del pasado y sigue experimentando sistemas políticos totalitarios que han fracasado en todas partes del planeta, siendo el detonante la persecución política a Leopoldo Lopez quien se acaba de entregar a la justicia venezolana, sabiendo que con ello habrá perdido su libertad individual poniendo en riesgo su vida, pero acaba de ganar un privilegiado lugar en la historia por la recuperación de la democracia en el sufrido país llanero.

[1] El Sistema Complementario de Administración de Divisas (Sicad), el cual es administrado por el Banco Central de Venezuela y a través del cual tanto personas naturales como jurídicas pueden realizar posturas para la adquisición de divisas o de títulos valores denominados en moneda extranjera, en los términos y condiciones especificados en las convocatorias respectivas.
 [3] Extraído de la reciente publicación The Heritage Foundation 2014 donde se destaca la importancia de las libertades económicas en el progreso y desarrollo sostenible de todos los países.