Walter
Oyarce Domínguez, joven hincha del Club Alianza Lima, falleció la tarde del 24
de setiembre de 2011 tras ser agredido y arrojado salvajemente por desadaptados
barristas simpatizantes del equipo de fútbol rival desde lo alto de un palco de
la zona sur del Estadio Monumental a la tribuna. Los presuntos autores de este
horrendo asesinato serían David Sanchez-Manrique Pancorvo alias “Loco David” y
José Luis Roque Alejos alias “Loco Payet” quienes afrontan en prisión un largo
proceso judicial
Sin
duda alguna, este hecho ha conmocionado al país por la irracional violencia con
que actuaron los autores de este execrable crimen dentro de un recinto deportivo,
confundiéndose entre el públicoque asiste como espectador
para disfrutar la fiesta del fútbol peruano en su máxima expresión, toda vez
que se enfrentaban en el gramado los dos equipos con mayor hinchada en el Perú.
La
muerte de Walter Oyarce constituye un hecho condenable desde todo punto de
vista, que no tiene justificación alguna y merece el castigo más drástico de la
justicia peruana para frenar la violencia existente en los estadios de fútbol.
No es posible que después de más de dos años de largo proceso judicial, todavía
no se haya dictado sentencia.
Según las declaraciones del padre de
Walter Oyarce: “Han pasado 24 meses
desde que se empezaron las investigaciones y sus abogados (de los acusados) no
han hecho otra cosa que dilatar el proceso. Han denunciado penalmente a
fiscales, peritos, policías, hasta personal del mismísimo INPE. ¿Por qué?
Porque no les conviene llegar al juicio oral. La última jugada que han hecho
sus representantes ha sido un pedido para variar el mandato de detención por el
de comparecencia. Y eso no lo podemos permitir. Si estos delincuentes salen
libres van a hacerle daño a alguien más. La historia no se puede repetir”. (El
Comercio 28.09.2013)
Compartimos
la indignación del padre de Walter Oyarce quien lucha permanentemente por
encontrar justicia desde hace más de dos años, por lo que resulta totalmente inaceptable
algunas opiniones que pretenden calificarestos hechos de barbariedemencial como
“un lamentable accidente producto de una pelea o una riña protagonizada por el fallecido hincha de Alianza Lima que supuestamente
se encontraba en estado etílico”.
Nada
justifica a quienes recorrieron diversos palcos con la correa en la mano
sembrando violencia a su paso aquel 24 de setiembre de 2011. Nada justifica a
los barristas de equipos contrarios para teñir de sangre la ciudad o los
estadios por la rivalidad que representan sus respectivos clubes de fútbol.
Nada justifica que se oculten delincuentes detrás de una camiseta de fútbol
simulando ser barristas para sembrar la muerte y el caos en las calles.
Este repudiable delito no puede quedar impune con el paso del tiempo, porque no estamos dispuestos a tolerar perdón ni olvido para quienes resulten
responsables de este horrendo crimen. No exageramos al exigir ala Administración
de Justicia que dicte una condena ejemplarizadora que permitarestablecer la paz
socialy la convivencia pacífica que debe existir entre todos los hinchas, sin
importar el color de la camiseta de fútbol que defienden. Sólo así podemos estar
seguros que Walter Oyarce descansa en paz.
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