17 mayo 2016

Bendecido por los Dioses


Debí haber sido bendecido por los Dioses al nacer,
porque en los momentos de mayor oscuridad
y cuando casi era imposible alguna salida ver,
de pronto llega una mano amiga con piedad
y me recuerda que no es tiempo de perder.

Debí haber sido bendecido por los Dioses algún día,
porque en los momentos de la más profunda tristeza
empieza a llover de manera súbita gotitas de alegría,
como si fuera la bebida que esperaba en mi mesa
para aplacar aquella sed que me hundía en melancolía.

Debí haber sido bendecido en momento inesperado,
porque cuando estuve a punto de perder el camino
surgió sin presentirlo la brújula que había olvidado,
para ayudarme a retomar la ruta de mi propio destino
y evitar que se repita cualquier tropiezo del pasado. 

Debí haber sido bendecido por los Dioses en Navidad,
porque me volví un hombre creyente y optimista
que combate el conformismo y no le teme a la soledad,
mientras recorro mil auditorios cual si fuera artista
disfrutando cada nueva misión docente a cabalidad.

Debí haber sido bendecido por los Dioses al nacer,
porque aunque resulte increíble o simple casualidad
cuando me bloquean alguna senda que iba a recorrer,
de pronto aparece otro camino con mayor luminosidad

que me conduce hacia el valle donde habita el Poder. 


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