Soledad…
que vives
todas mis penas
de rocíos
y azucenas,
quisiera
oírte opinando
cuando te
estoy rimando.
Pídeme
que todo olvide
cuando
este día termine,
o que no
me sienta solo
cuando me
aleje de todo.
Canta
conmigo llorando
por lo
que estaba ganando
y se me
va de las manos
como la
infancia de hermanos.
Soledad…
que
conoces estos pasos
de
castigos y abrazos,
de penas
y alegrías…
alégrame
en las despedidas.
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