Con un poco de ternura
yo sería millonario,
en la guerra habría dulzura,
y uno que otro poemario.
Con un poco de ternura
no conocería el frío,
aquel temor a la altura,
quizá un verso sin sonido.
Con un poco de ternura
reiría en tu despedida,
no importaría la premura
o el sangrar de mi herida.
Con un poco de ternura
no tendría soledad,
con un poco de ternura
viviría feliz en Navidad.
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