Cuando no
escribo
me siento
incompleto,
cuando no
escribo
no pasa
el tiempo.
Por eso
amo los versos,
mis
papeles borroneados,
mi
inspiración y esfuerzos,
en todos
los poemas forjados.
Entonces
vuelvo al poema
como el
mirlo a su nidal;
un verso
es mi bandera,
una rima
mi ideal.
Y cuando
no escribo
me siento
inútil,
me siento
vacío;
pero
cuando me inspiro,
cada
letra es dúctil,
¡y que feliz sonrío!
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